¿ENFERMEDADES O ENFERMOS? : EL DIAGNÓSTICO EN LA MEDICINA PRECOLOMBINA.
En la medicina pre-técnica y en buena parte de la medicina técnica, son las manifestaciones aparentes, signos y síntomas, lo que denomina la enfermedad. como plantea Jeanneret
“los curanderos no parecen haber estado en condiciones de establecer objetivamente relaciones entre síntomas, causas probables, remedios determinados y efectos producidos…Para el curandero, apenas parece haber enfermedad, sino enfermos”.
Recordemos que la noción bien estructurada de nosología es del siglo XVII europeo, con Thomas Sydenham. Si bien es cierto que las enfermedades definidas como “conjunto se síntomas y signos” es un concepto de la medicina hipocrática, hace 25 siglos en la tradición de la Civilización Occidental, su nominación por síntomas fue predeterminante en buena parte de la historia de la humanidad.
En la medicina pre-técnica, “la causa es sobrenatural, es trascendente al hecho del síntoma, de la persona que lo tiene. Sin embargo las formas terapéuticas evolucionan lentamente desde los ritos religiosos y los sacrificios, animales e incluso humanos, hasta el uso de piezas de la naturaleza, animales, vegetales o minerales.
En el antiguo Perú la práctica quirúrgica, incluso la trepanación de cráneo, es parte de la terapéutica. En el área del Caribe y el Norte de América del Sur, los caribes y arawaks, tuvieron formas predominante de desarrollo mediante el cultivo sistemático, la recolección, la caza y la pesca, con amplias zonas de comunidades sedentarias, mezclándose religión y medicina, con el uso de un herbario, la nominación sintomática de las enfermedades, formas de práctica quirúrgica como en el entablillado de fracturas o la “introducción de un espíritu” a través de objetos como puntas de flechas, espinas o conchas donde residía la enfermedad. El piache o curandero, solía tener carácter hereditario y recibía su aprendizaje desde su pubertad. El uso de irritantes en los párpados o el uso de plantas como el tabaco y drogas alucinógenas eran ritos que demostraban poder e inducían sugestión intensa con efectos terapéuticos. Otras veces por efecto de hierbas como terapéutica, a través de un proceso de experiencia centenaria que transmitían de generación en generación, como guardianes de una cultura popular.
Prácticas como el parto en cuclillas en el agua, o los baños en la fiebre, o baños de arcilla; creencias como la “couvade” mediante el cual el marido quedaba acostado en el puerperio de la madre para proteger de males al recién nacido, son aportes de las formas de práctica médica de Caribes y Arawaks en estas zonas de América. Pero datos acerca del promedio de vida, o sobre las forma de morbilidad y mortalidad, se circunscriben a las culturas con un legado material variado y bien estructurado que incluye la conservación de cadáveres estudiados hoy en día de manera minuciosa, descubriéndose parásitos, enfermedades como la tuberculosis, considerada no existente en la América Precolombina, así como malformaciones congénitas. Las primeras estadísticas de población fueron establecidas en Europa en el siglo XVII, pero la proyección y los estimados de población nos da una idea como el crecimiento de la población mundial fue lento hasta el momento en que las condiciones de vida alcanzaron cierto grado de desarrollo y avance en el conocimiento médico.
Aztecas como Incas tuvieron una nomenclatura para los síntomas. A modo de ejemplo, usputay que significa hemorragias,; o chupu, abscesos; quuesa, pus; Quesnay, diarrea, y así sucesivamente. Los herbarios como el Códice Florentino representaron no solo una amplia gama de recursos terapéuticos con que contaban las grandes culturas americanas, sino que enriquecieron los escasos herbarios medievales europeos.
Recopilador histórico. Julián Viso Rodriguez.
Federico Arteta. Historia de la Medicina en la Venezuela Colonial.
Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”.
Ediciones del Rectorado. Fondo Editorial Buría. 2006.pp 65
jueves, 25 de marzo de 2010
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